Después en la construcción del equipo viene la fase en la que ponemos en práctica los métodos y estrategias a utilizar para alcanzar los objetivos. En toda esta fase según avanza la temporada o el periodo de preparación van apareciendo problemas, puntos de desacuerdo, etc. Es importante que desde del principio se corten y se vayan solucionando los problemas para que no se vayan guardando en el sentimiento de los jugadores, de los ayudantes o del propio entrenador. En estas sesiones prácticas el trabajo debe ser concienzudo, el jugador no debe guardarse nada dentro. A ellos no les gusta entrenar, ellos quieren jugar, competir contra los rivales, pero el entrenamiento es necesario y esto hay que hacérselo ver. Cuando ellos lo entienden estamos ayudando a construir un equipo ganador.
Llegan los partidos y cuando las cosas van ajustándose al plan preconcebido no hay problemas, pero cuando los resultados no son los esperados, cuando el jugador ve que no le llegan todos los balones que quiere, cuando cree que juega menos minutos de los que se merece, cuando quiere anotar 30 puntos en cada partido…existe un problema, no se han asumido correctamente los roles dentro del equipo, no hay espíritu de grupo. Este es el gran problema al que nos enfrentaremos muchas veces a lo largo de cada temporada. El primer día debemos hablar con el jugador y explicarle nuestra postura y que él está a merced del grupo, que si busca números para mejorar su contrato, ese no es su equipo. Si existe un segundo día en que tengamos que hablar con él sobre lo mismo, es que no nos expresamos bien o no lo entendió. ¿Y el tercero? Si somos pacientes y aguantamos hasta el tercero, le enseñamos la puerta.
Entonces construir un equipo ganador se basa en 7 reglas fundamentales:
- Objetivo Común. Todo el mundo dentro del equipo: jugadores, técnicos, directivos recursos de base, deben tener muy presente que deben ir en la misma dirección.
- Compromiso. Los jugadores deben tener un conocimiento claro de que sus decisiones, su actitud y sus acciones tienen repercusiones en la dinámica del equipo.
- Comunicación clara. Todos los miembros han de comunicarse de forma clara, honesta y respetuosa con el equipo.
- Roles complementarios. Un equipo se compone de la conjunción de individualidades y debemos enorgullecernos de contar con jugadores hábiles en anotación, en defensa. La conjunción y asunción de los roles de cada uno dentro del equipo es clave para el éxito.
- Conflictos constructivos. Conflictos va a haber a lo largo de la temporada, hacer de ellos un hecho constructivo dentro del grupo favorece la cohesión del equipo.
- Cohesión. Los jugadores deben respetarse, a ser posible llevarse bien porque son muchas las horas que pasarán juntos, están haciendo un trabajo en el que unos dependen de los otros, el baloncesto es un juego de equipo, un jugador no puede ir por su lado.
- Credibilidad del entrenador. El equipo tiene un jefe, el entrenador, él decide, los jugadores y el resto del cuerpo técnico ejecuta lo que él decide. Es importante por ello que todos crean en él. El debe ser el ejemplo, él debe ser el que más trabaje.
Por último, debemos ser consecuentes, debemos aspirar a lo máximo pero no ser utópicos, la voluntad por sí sola no gana campeonatos. Ganar campeonatos requiere de varios factores: tener los mimbres necesarios, tener una buena dinámica, querer ganarlo y tener una pizca de suerte. (No podemos despreciar a esta. Entrenar reduce su incidencia, pero nada puede eliminarla por completo).
Cada día es importante no los desperdicies.
Hoy + hoy + hoy + hoy = éxito.